lunes, 10 de noviembre de 2008

De encuentros y desencuentros.

Asisto a unas consecuencias inesperadas sobre un hecho que estaba cantado.

Ramón Trecet y RNE rompen su relación laboral siendo Trecet despedido y finiquitado su programa Diálogos3.

Este hecho circulaba en forma de rumor hace ya bastante tiempo, no me viene de nuevas, teniendo en cuenta las ‘malas relaciones’ de Trecet con dicha emisora, últimamente era un hecho.

Hace tiempo, repito, cuando circulaba el rumor, veía opiniones de todo tipo; ‘Se lo merece’, ‘El programa ya no es lo que era’, ‘Que pena si se va por lo que ha representado’ etc etc.

Y, sin embargo, ahora resulta que todo son rasgarse las vestiduras por la despedida de Trecet: leo manifiestos en forma de firmas para reivindicar el desacuerdo con RNE por dicho despido, leo indignación, leo acusaciones... en fin.

Para mi Trecet es un buen profesional. Puedo estar en desacuerdo con lo que hacía últimamente en sus programas, pero son suyos, allá cada uno. Sigue siendo un profesional, con un aval de décadas de profesionalidad en este y en otros programas.

Recuerdo a un Trecet que hablaba de lo que él presentaba como músicas del mundo, no como new age, no le gustaba mucho esa palabra; evidentemente por las connotaciones que tenía en los ochenta decir ‘new age’ -ser un hare hare, y estar todo el día con el signo de la paz viendo las auras de tus amigos-. Me enseñó algunas de las cosas que hoy sé. Dejé de escucharlo hace mucho tiempo, aunque de vez en cuando lo he pillado en su horario mientras iba con el coche. Su horario nunca me ha ido bien.

Pero me pregunto: ¿Por qué se ha armado tanto revuelo con este despido? Pues yo, la verdad, no lo entiendo.

Ahora Trecet tiene la posibilidad de presentar un programa a su medida, como a él le gustaría, con todos los recursos por los que suspiraba y que no tenía en RNE, presentar algo novedoso y con lo que sentirse a gusto. Ahora es cuando debe aprovechar el momento.
¿Alguna radio -sin contar con RNE- se negaría a un profesional con un proyecto interesante? Lo dudo. Su audiencia es importante y fiel.

Ahora es cuando tiene la oportunidad de demostrar -si quiere, claro está- que el ‘enquistamiento’ que yo percibía era por la falta de medios, no por otra razón, y menos por él.

Le espero, en un futuro próximo, haciendo un programa con el que nos sorprenderá.

No me da pena su despido ni me da pena él, mas bien me la da RNE . Se pueden hacer las cosas mejor, pero si no salen, es que no se llega a más.

Y a todos los músicos, que ahora se lanzan a firmar manifiestos por las formas de este despido y la consecuente desaparición del programa, les preguntaría que si saben cuantas veces han sido oídas sus maquetas cuando eran enviadas al programa.
Les diría que estén por su música, y por los que sí les promocionan, por los que nos interesa lo que hacen. Que reivindiquen su música y que nos ayuden a los que la difundimos.

Una última cosa, la música minoritaria no existe, tengámoslo en cuenta -menudo pelotazo dió Enya en su día, por poner un ejemplo-. Existe quien hace música y existe quien la escucha. El resto es otro tema, para otro día.

Ánimo a todos y a ver el lado positivo de las cosas.